¿Cómo darle anillo a una mujer creativa y de gran corazón?
Difícil pregunta, pues estas mujeres de mente abierta ven más allá de un anillo de diamante y una joya costosa: ellas ven el símbolo, ven lo que representa. Así es cómo nuestro cliente decidió acudir a nosotros para diseñar el anillo perfecto, y te contaremos cómo lo hicimos.
El trasfondo…
Ella viene de Quebec, es una hermosa mujer de piel blanca y profundos ojos azules. Él comparte con ella una pasión por la naturaleza, el viaje, la cultura y los idiomas. Juntos, conocieron muchos rincones de México y ella se enamoró de sus costumbres y colores, mismos que vivió en LUZIA, (la obra de Cirque du Soleil inspirada en México) cuando él la llevó para presentarle algo que a él le encanta.
Lo que buscamos representar
Necesitábamos una manera de poder plasmar, en una pequeña joya de 2cm, la personalidad de ella: creativa, auténtica, luminosa, sencilla. También, en él debían estar de alguna manera escondidos dos lugares importantes; Quebec y México.
¿Cómo lo hicimos?
Después de que él nos contara su historia, cómo se conocieron, sus personalidades, sus similitudes, diferencias, y todo lo más importante de su relación; nos mostró algunas fotografías de ella para poder dar forma a un estilo que a ella le encantara y que representara todas las cosas que él le quería decir por medio de esta joya.
Comenzamos con una ilustración, de la cual él nos dio su retroalimentación para ejecutar algunos cambios. Una vez que nos hubo dado sus ideas, comenzamos a elaborar en cera el modelo final, el cual él pudo revisar para visualizar en la mano de su amada para hacer algunos últimos cambios: aligerar el diseño, hacer más recto el montaje, emular un como de nieve más en la corona que sostiene el topacio. Finalmente, creamos un modelo en cera, y vaciamos el oro blanco.
El resultado final
Su anillo lleva por concepto un ideal convertido en realidad, como ella lo es para él: un topacio azul claro habla de la autenticidad y evoca a sus ojos azules, los copos de nieve aluden a su piel y a sus orígenes. Una silueta simétrica y formas geométricas redondeadas hablan del balance y la pureza, con una inspiración en el diábolo circense. Por último, un pequeño citrino por dentro del anillo habla de la luz interior de ella, que además evoca uno de los colores que ella más ama de México: el naranja de la flor de Cempasúchil. ¡Nos encanta esta mezcla de elegancia, autenticidad y alegría! Le deseamos lo mejor a esta extraordinaria pareja.
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¿Quieres tu también crear una joya personalizada?
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